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Madre putativa
17 julio, 2017|Historias de vida

Madre putativa

Madre putativa

–¡Taxi! ¡Taxi! ¡Por favor señor, deténgase!

–¿Qué pasa señora? –respondió el chofer.

–Por el amor de Dios, lléveme al Hospital Santa Fe, ¡mi hijo está por nacer!

El taxista salió del auto, ayudó a la señora a subir en la parte posterior y muy asustado, le dijo:

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Amor de madre
16 mayo, 2017|Historias de vida

Amor de madre

Amor de madre

Lorenzo dormía plácidamente su siesta de la tarde y le molestó que los quejidos de su esposa lo despertaran. “Ay mis hijos, ay mis hijos” decía con un tono muy triste que se entrecortaba con el llanto.

–¡Carajo! –dijo Lorenzo–, apenas tengo 30 minutos para descansar y mira nada más con qué me sales; tú y tus lloriqueos me tienen hasta el copete… ¡Qué les pasa a tus hijos que tanto te quejas! ¿Qué no ves que ellos están perfectamente?

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De tránsito
19 abril, 2017|Historias de vida

De tránsito

De tránsito

El vestido azul a cuadros luce tan gris y raído que hace juego con la tristeza que lleva estampada en el semblante la pequeña Toñita. Ahora, sentada sobre la arena de la playa, la brisa del atardecer le vuela el vestido obligándola a sujetarlo con las rodillas.

–Pepe, –pregunta a su hermano–, ¿tú sabes cuándo será mi cumpleaños?

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El cerillo
20 febrero, 2017|Historias de vida

El cerillo

El cerillo

–¡Mami! ¡Mami! ¿Vas a ir al súper?

–Si…

–¿Puedo ir contigo? ¡Anda, ya terminé la tarea!

A Verónica le fascinaba ir de compras. En realidad, fuera de sus clases de danza y de francés, no salía para nada de casa y aunque tenía un inmenso jardín, era aburrido jugar siempre a lo mismo con su nana “Tota” o con Anastasia, la cocinera. Por eso, las raras veces que mamá decidía hacer las compras de la casa ella misma, le imploraba que le permitiera acompañarla para mirar ese súper lleno de vida, con tanta gente y cosas maravillosas por comprar.

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El compadre
30 enero, 2017|Historias de vida

El compadre

El compadre

Basado en un hecho real.

Detrás del gran cortejo fúnebre que despedía al senador de la república, Oswaldo Ramírez Garza, perdido entre tanta gente de traje y lentes oscuros, el viejo Rómulo disimulaba el llanto debajo del sombrero de paja. Josefo, su hijo, lo sujetó del brazo. Tenía idea de que su padre había querido mucho a don Oswaldo, pero nunca a ese grado, jamás lo había visto llorar así.

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Alejandro Mier
"Mis Andares, no son más que historias de esas que escuchamos a diario y que por creerlas de interés o que aportan algo en este loco afán de tratar de entender el comportamiento humano, me parecieron dignas de dejarlas por escrito. Te aseguro que después de leer algunos de mis Andares, notarás que tú también tienes muchas historias que merecen contarse... si las quieres compartir, son bienvenidas! Por lo pronto, será un placer encontrarte... en los Andares de la vida".