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Precoz
27 junio, 2015|Desamor

Precoz

Precoz

El aire fresco de la tarde mece cadenciosamente la copa de los árboles. Esa paz, rara vez es interrumpida en aquel punto del bosque, pero ahora, el ave de presa observa curiosa la escena de la única cabaña cercana. Para la pequeña aguililla, comienza a volverse una función semanal.

Tras la ventana, William azota su látigo en el desnudo torso de su nueva víctima.

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Morir con la luna de plata
19 junio, 2015|Traición

Morir con la luna de plata

Morir con la luna de plata

Comenzaba a acostumbrarme a deambular por las mañanas semi inconciente y con ese diluvio de imágenes de su silueta desnuda sobre las sábanas, el cabello alborotado y los labios apretados como buscando seguir besándome. Y es que después de hacerle el amor sin tregua, desbordada como yegua brava, caía sin fuerzas, para quedar profundamente dormida. Ante esa escena, era imposible que yo conciliara el sueño. Ni de loco. Prefería seguir buceando entre los lunares de su espalda, besando sus pompis. Cantándole romances. Extasiándome con mi propia bella durmiente.

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La regla
19 junio, 2015|Escolares

La regla

La regla

-¡Silencio! A ver niños, saquen todos sus reglas y pongan mucha atención en su examen porque este es el último que hacemos en el mes y el que no lo apruebe, luego no me pregunte por qué no va a pasar a sexto año, ¿eh?

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La bienvenida
19 junio, 2015|Policiacos

La bienvenida

La bienvenida

Buenos Aires, Argentina, 1973.

El señor Rosemberg hacía su paseo vespertino habitual cuando vio pasar a su lado el automóvil gris. Su educación militar lo puso en alerta, no era la primera vez que lo veía, estaba seguro; sin embargo, el auto siguió su marcha y desapareció al doblar la esquina. Acababa de oscurecer y aceleró el paso rumbo a casa.

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Alegría
15 junio, 2015|Personajes

Alegría

Alegría

El Súper niño, dentro de su extraño mundo en el que imaginaba que todos lo escuchábamos mientras que otro universo totalmente diferente orbitaba frente a sus ojos, dictaba su clase, fue que entraste al salón. Tu rostro se grabó en mi porque al abrir la puerta, levantaste dos veces las cejas, parpadeaste otro par de veces y, entonces ya preparado para el diálogo, pediste permiso para entrar. Como al Súper niño nadie lo pelaba, no contestó, así que entraste ubicándote detrás de la fila en la que yo estaba con todas las chicuelas que solían seguirme.

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Alejandro Mier
"Mis Andares, no son más que historias de esas que escuchamos a diario y que por creerlas de interés o que aportan algo en este loco afán de tratar de entender el comportamiento humano, me parecieron dignas de dejarlas por escrito. Te aseguro que después de leer algunos de mis Andares, notarás que tú también tienes muchas historias que merecen contarse... si las quieres compartir, son bienvenidas! Por lo pronto, será un placer encontrarte... en los Andares de la vida".